Saturday, April 17, 2010

ISLA DE BELLA

ISLA DE BELLA

ESTE CAPITULO VA DEDICADO A MIS PERVERTIDAS LINDAS, LES ADVIERTO QUE VIENE MUY CARGADO DE SEXO ASÍ QUE, ESTAN A TIEMPO DE NO LEERLO O MEJOR, LO LEEN Y ME DEJAN QUE LAS PERVIERTA UN POCO MAS...

"Amor siempre serás mi Bella,

solo que un poquito mas duradera,

prefiero un minuto contigo

a una eternidad sin ti..."

Edward Cullen

BELLA

-¿Una isla, mi regalo de bodas es una isla?-, pregunté sorprendida mientras me giraba para mirarle a la cara sin poder creer lo que me decía...

-Sí vida mía es una isla, pero no es una isla cualquiera, es tu isla, "Isla de Bella"...

Sí, había oído bien, mi lindo y sexy vampiro me había comprado una isla y además, la había bautizado con mi nombre, me quedé sin palabras, estática y asombrada...ante mi se extendía un paraíso, jamás había visto cosa mas maravillosa en mi vida, la luna bañaba la extensa playa de arena blanca que se extendía frente a nuestros ojos haciendo del lugar algo mágico e irreal...

-Edward esto es realmente magnífico, me quedé sin palabras, nunca nadie ha hecho algo ni siquiera parecido por mi, no se que puedo decirte, solo se me ocurre "gracias"-, dije mientras apretaba los brazos de Edward que me envolvía la cintura...

-Tu eres la que realzas la hermosura del lugar, es magnífico porque brilla junto contigo, no hace falta que me des las gracias, tu me lo das todo solo con respirar-, me respondió Edward mientras apretaba su agarre a mi cuerpo besando mi pelo con sus fríos labios provocando un estremecimiento en todas mis terminaciones nerviosas, su roce siempre lograba hacer que me sintiese igual...

Una vez que Edward descendió de "El Crepúsculo" me tendió la mano para, como un caballero, ayudarme a descender a mi, una vez estaba en tierra firme y mientras Edward hablaba con un señor que se estaba acercando al pequeño embarcadero yo me dediqué a observa el paraje irreal que nos envolvía...

La luna bañaba la extensión de playa virgen que teníamos ante los ojos haciendo que el conjunto pareciese mágico, la temperatura era cálida apenas sintiendo una brisa sobre la piel, el olor a sal impregnaba todo el ambiente, frente al embarcadero y atravesando la blanca arena de la playa se extendía una camino hecho a base de cuidadas tablas de madera que se perdía en el interior de un frondoso y espeso bosque

mis desarrollados sentidos me permitían distinguir sonidos de animales exóticos, monos, leones, pumas, un pequeño riachuelo con una cascada que llegaba hasta el mar y, agudizando mi olfato, distinguí un característico olor a madera que me indicaba que en el interior del bosque y cerca del mar se encontraba una cabaña de madera...

-¿Estas lista amor mío?-, preguntó Edward mientras agarraba mi mano obligándome a caminar junto a él por el camino de madera en dirección al bosque...

Mientras íbamos avanzando el silencio nos envolvía, estaba ansiosa por saber que se escondía detrás de esas grandes palmeras, ciertamente estas serían las mejores vacaciones de mi vida, o quizás debería decir de mi muerte que era realmente mi situación, fuese como fuese, era lo mejor que me había pasado nunca, de eso estaba segura, bueno antes estaba el haber conocido a mi lindo vampiro....

-¿Qué piensa tu cabeza loca amor mío?, se te frunce el ceño cuando estas concentrada en algo, es divertido observar las expresiones de tu bonita cara-, me preguntó Edward mientras me miraba sonriendo...

-Solo pensaba en lo maravilloso que es todo esto y que además, es lo mejor que me ha pasado en mi muerte-, le contesté sonriendo clavando mis ojos ahora color burdeos, ya que estaban empezando a cambiar de tono hasta que se volviesen como los de mi Ángel, en los suyos dorados...

-¿En tu muerte?, la verdad Bella es que siempre logras sorprenderme con tus ocurrencias-, contestó mi Dios riendo...

Así llegamos hasta una bonita y sencilla cabaña de madera que, para mi asombro, estaba suspendida sobre el mar en una pequeña cala privada que quedaba escondida del resto de la isla...

-¿Está dentro del agua?-, pregunté incrédula mientras me acercaba algo mas a mirarla dándome cuenta que desde la arena había un pequeño camino que llegaba hasta la puerta de entrada a la cabaña y a partir de ahí, desaparecía el camino y solo había agua...

-¿Porqué no lo compruebas por ti misma amor mío?-, me preguntó Edward mientras me miraba con esa sonrisa torcida que me robaba el alma indicándome con la mano que caminase delante de él...

Casi como si fuese una niña pequeña en navidad, corrí por el camino que llegaba hasta la puerta de entrada para acceder a ese pequeño paraíso que nos esperaba pero, antes de poder abrir la puerta, la voz de Edward en mi oído me obligó a volver mi cara para mirarle...

-Señora Cullen permítame que haga las cosas como manda la tradición-, susurró exhalando su aliento sobre el lóbulo de mi oreja dejándome totalmente aturdida...

Cuando reaccioné me di cuenta de que me había cogido en brazos elevándome del suelo mientras abría la puerta de entrada a la cabaña atravesándola en sus brazos y, una vez dentro, volvió a dejarme en el suelo besando suavemente mi frente...

-Ahora puede usted dar una ojeada a la casa-, me dijo sonriendo mientras me cogía de la mano con dulzura...

Quedé paralizada cuando, al intentar dar un paso, me di cuenta de que no había suelo, en su lugar había un cristal transparente que permitía observar el fondo marino, se apreciaban los corales de diferentes colores, los peces de distintos tamaños, la blanca y fina arena, era fantástico y así por toda la casa, ahora entendía el porqué la cabaña estaba dentro del agua...

Recorrí la estancia, era pequeña pero muy acogedora, llamó mi atención un porche que se extendía también sobre el mar con una escalinata que te daba acceso directamente a las verdes aguas cristalinas del océano,con unas vistas que se perdían en el horizonte, imagino que de día ese espectáculo era digno de ver, ahora de noche la luna y las estrellas eran testigos mudos de toda la belleza que nos rodeaba...

-Edward esto es precioso,¿dónde están el resto de las cabañas y de la gente?-, pregunté mientras mi vista recorría los alrededores extrañada de no oler a humanos ni sentir vida a nuestro alrededor...

-Bella, amor mío, esto que ves es todo nuestro, es una isla privada, aquí no hay nadie mas, ¿pensabas que te iba a compartir con alguien durante nuestro viaje?, ni lo sueñes pequeña, ahora eres mía y estamos solos-, respondió mi sexy vampiro mientras acortaba la distancia entre nuestros cuerpos abrazándome y besándome con pasión y necesidad...

-Espera amor,vamos dentro de la cabaña porque me incomoda que el señor con el que antes hablabas venga y nos vea aquí desnudos amándonos-, le dije a Edward apartándolo de mi cuerpo por miedo a que nos descubriesen dándome cuenta de que no estábamos solos del todo...

-Tranquila mi niña hermosa, estamos solos, ese señor que viste antes es el guarda de la isla y le he dado el resto de la semana libre así que relájate, quiero verte desnuda a la luz de la luna mientras las estrellas son testigos de como te hago el amor con pasión y deseo-, susurró Edward en mi oído mientras delineaba con su lengua el borde de mi oreja...

Fue suficiente para dejarme arrastrar por la pasión, sentí como mi vampiro arrancaba mi ropa de un solo tirón provocando un gemido ahogado de mi garganta, intenté hacer lo mismo pero con un rápido movimiento de sus manos y su cuerpo, me aprisionó sobre una de las hamacas que había en el porche al borde del mar...

-Déjame tocarte, déjame sentirte-, le dije entre jadeos intentando soltarme de su agarre, era consciente de que podía soltarme ya que aún tenía algo mas de fuerza que él pero la verdad es que el juego de dominación me estaba excitando mucho y no quería estropearlo, mas tarde disfrutaría de cada parte de su frío y perfecto cuerpo llevándole a la perdida total de su cordura...

-Déjate llevar, ahora mando yo, quiero poseerte a mi manera-, me respondió de manera muy sugestiva logrando que mi centro se humedeciese hasta casi alcanzar el orgasmo con solo escucharle...

Se posicionó sobre mi desnudo cuerpo sin dejar que notase ni un solo gramo de su peso, solo frotaba su cuerpo contra el mío sintiendo a través de su ropa su duro miembro que estaba deseoso de liberarse de la cárcel de sus pantalones, acercó su boca a mi oído y empezó a introducir su lengua en el interior de mi oreja mientras friccionaba su cadera contra mi centro provocando que sus pantalones se mojasen con mis propios jugos...

Su lengua se movía de manera sincronizada junto con su cadera, no me estaba penetrando pero estaba al borde del orgasmo, él sintió que tenía ganas de correrme y aumento los movimientos de su lengua en mi oreja y oído mientras embestía contra mi sexo hasta que me pidió que me corriese...

-Vamos fiera mía, se que estas deseando correrte, se que mi lengua en tu oído te está excitando así que correte, dejate llevar-, susurró nuevamente haciendo que llegase al éxtasis mientras él abandonaba mi oído besando mi boca...

Mi Ángel apoyó la cabeza en mi pecho descansando su cuerpo, aún vestido, completamente sobre el mío, estaba asombrada, era la primera vez que Edward conseguía subirme al cielo sin penetrarme o tocarme, solo lamiendo mi oído y mi oreja con su lengua, había sido una experiencia extraña pero muy placentera...

-¿Dónde aprendiste a hacer eso con la lengua?-, le pregunté sonriendo mientras acariciaba su pelo con una de mis manos sintiendo como sonreía con la cabeza todavía apoyada en mi pecho...

-Bueno ya sabes que leo mucho, antes de conocerte las noches eran demasiado largas así que, aunque no practicaba sexo, me dedicaba a leer sobre él, intentaba averiguar porqué mis hermanos estaban todo el día juntos dando rienda suelta a sus pasiones, a ver que tenía de maravilloso el sexo para que deseasen siempre estar practicándolo y así fue como descubrí los puntos erógenos femeninos y masculinos y, leí que la oreja y el oído eran uno de los puntos sexuales mas excitantes, así que quise probar si era capaz de hacerte llegar al cielo solo con mi lengua y sin tocarte ni penetrarte, me alegra haberlo conseguido-, me explicó Edward mientras seguía con la cabeza apoyada en mi pecho...

Sin darle tiempo a reaccionar me posicioné sobre su cuerpo, ahora era yo la que tenía ganas de jugar y así adivinar cuales eran sus puntos débiles para potenciar su propio placer, lo primero que quería hacer era arrancarle su ropa ya que aún la tenía puesta y eso hice, me acerqué lentamente a su pecho mientras con mis afilados dientes arrancaba los botones de su camisa rasgando también la tela provocando que mi vampiro suspirase y gimiese...

Una vez quedó su torso desnudo me entretuve mordiendo sus pezones con algo de fuerza arrancando un grito de placer de sus labios, una vez que saboreé su pecho y sus abdominales como si de una tableta de chocolate se tratase, seguí descendiendo hacia el botón de sus pantalones y, con mis dos manos, comencé a soltar el cierre bajando muy despacio su cremallera mientras, de vez en cuando, acariciaba su miembro que estaba mas que dispuesto a responder a mis caricias, sabía que lo estaba llevando al límite, sus jadeos me indicaban que estaba volviéndolo loco, pero no quería acelerar mis movimientos, quería ir despacio para hacer mas intenso el momento...

Comencé a bajar su pantalón despacio mientras yo frotaba mi cuerpo desnudo contra la piel de sus bien formadas piernas, mi húmedo centro iba dejando pequeñas huellas mojadas sobre su tersa y suave piel hasta que deslicé por completo su ropa tirándola lejos de nosotros...

Como una gatita salvaje trepé nuevamente hasta su entrepierna mordisqueando su miembro a través del calzoncillo mientras notaba contra mis labios como su miembro luchaba por liberarse de la prisión del algodón de su ropa interior, mi vampiro levantaba sus caderas levemente embistiendo contra mis labios que solo dejaban besitos y mordidas sobre la tela...

-Bella por favor no juegues mas, no lo soporto-, suplicaba mi sexy vampiro mientras suspiraba con sus ojos cerrados...

-Edward mírame-, le ordené mientras él obedientemente se incorporaba sobre la hamaca clavando sus dorados pozos sobre mi boca que no cesaba de besar su miembro a través del molesto bóxer...

Cansada de jugar, agarré la tela con mis dientes y comencé a tirar de ella rasgándola mientras se confundía el sonido seco de la tela rompiéndose con los gemidos de mi Ángel, sin más acerqué mis labios a la punta de su miembro y, sin despegar mis ojos de los suyos comencé a introducirlo en mi boca succionándolo y empapándolo con mi fría saliva...

-Oh así, sigue linda, sigue, cómetelo todo, sigue, oh sí, quiero correrme en tu boca, quiero sentir como te lo tragas-, intentaba decir Edward entre gemidos y suspiros, me encantaba cuando hablaba sucio, él sabía que me ponía a cien cuando se comportaba como un animal deseoso de placer, sabía como me hacía sentir cuando derramaba su frío semen dentro de mi boca, era capaz de correrme solo con la sensación de su propio éxtasis sobre mis labios....

Decidí que estaba demasiado excitada para seguir jugando, el ratón había sido cazado en su propia trampa, yo deseaba sentirlo dentro de mi cuerpo pero antes, quería sentirlo dentro de mi boca así que, aceleré los movimientos de mi lengua sobre su miembro mientras mis labios lo aprisionaban dejando poco espacio para su movimiento como si realmente estuviese penetrando mi vagina, eso hizo que su orgasmo llegase de forma brusca e intensa junto con un sonoro gruñido que provocó que los peces que en ese momento nadaban debajo de nosotros saliesen despavoridos...

-Eso fue muy bueno Bella, eres increíble, esa boca me trae por el camino de la locura, seré tu esclavo toda la eternidad con tal de sentirla-, me dijo mi lindo y sexy vampiro mientras me abrazaba fuerte atrayéndome hacia su pecho uniendo así nuestros cuerpos desnudos...

-Amor, ¿qué tal si nos damos un baño juntos?-, le propuse a Edward de manera provocativa mientras delineaba con mi lengua su labio inferior provocándole a la vez que él degustaba sus propios fluidos en mi boca haciendo que su erección volviese a crecer nuevamente, una de las ventajas de ser un vampiro, pensé con una sonrisa mientras notaba como su miembro chocaba contra mi muslo...

-Me parece que has tenido una maravillosa idea-, me respondió mientras nos incorporábamos e íbamos rumbo a llenar la bañera...

Yo seguía embelesada mirando al suelo de la cabaña, me fascinaba poder observar el fondo marino, daba la sensación de que estábamos dentro del agua, a veces los peces se paraban como si ellos también se sorprendiesen de vernos para, momentos después, salir despavoridos nadando, que lástima que debido a nuestra naturaleza vampírica no podamos disfrutar de la fauna marina, nuestra presencia para ellos implica peligro, nuestro olor les obliga a salir huyendo, somos el enemigo...

La voz de mi sexy hombre avisándome que la bañera ya estaba preparada me sacó de mi ensimismamiento, llegué hasta el baño y me metí dentro del agua junto a Edward que estaba cubierto de espuma de color turquesa con su pelo broncíneo húmedo y alborotado, realmente sexy...

Una vez dentro del agua apoyé la cabeza sobre el borde de mármol y cerré mis ojos dejándome mecer por el suave vaivén del agua y la espuma sobre mi cuerpo, de repente sentí ganas de ser perversa, el juego que había tenido con mi vampiro sobre la hamaca me había dejado tremendamente excitada así que, decidí comenzar a recorrer mi cuerpo con mis propias manos, aunque Edward no veía lo que hacía debajo del agua, era capaz de adivinarlo por mis gemidos y el movimiento de mi cuerpo...

-Por Dios Bella, ¿quieres matarme?-, preguntó mi Dios griego mientras no dejaba de mirarme con los ojos muy abiertos...

Yo solo gemía, realmente me estaba gustando demasiado eso de darme placer a mi misma así que decidí que quería torturar a mi vampiro, me puse en pie, me senté en el borde de la bañera y abrí mis piernas mientras deslizaba mis manos por mi cuerpo jugando con mis pezones hasta llegar a mi centro, quería que él me viese, quería que disfrutase mirándome...

-Definitivamente me quieres matar-, me dijo Edward mientras sus ojos se abrían tanto que parecían querer salirse de sus cuencas...

-Sí, quiero matarte, pero de placer, tu solo mira y disfruta del espectáculo-, le respondí con suavidad mientras empezaba a bombear mi interior con dos de mis dedos jugando sobre mi clítoris con el que me quedaba libre, mis ojos no dejaban de mirarle y él no dejaba de mirar el movimiento de mis manos, mi excitación cada vez iba mas en aumento así que, decidí introducir otro dedo mas dentro de mi húmedo centro, mis dedos resbalaban de una manera deliciosa entre mis fluidos, mis caderas comenzaron a mecerse al vaivén de mis bombeos ya que notaba que mi orgasmo estaba cerca...

Casi llegué a mi clímax cuando Edward se sentó de la misma manera que estaba yo y comenzó a masturbarse con ambas manos sin dejar de mirar mis dedos, nuestros gemidos se fueron intensificando llenando la estancia, miraba como Edward acariciaba su miembro de arriba hacia abajo mientras que con su otra mano apretaba sus testículos, la nota de máximo placer llegó cuando decidí incrementar mi orgasmo introduciendo uno de mis dedos en mi ano, mis gritos no se hicieron esperar y empecé a sentir como mi cuerpo se retorcía de placer mientras oía como Edward llegaba a su cumbre mientras su semen salía a borbotones resbalando por sus manos y sus piernas...

En un acto reflejo y sin pensarlo me arrodillé y empecé a lamer cada gota que resbalaba de sus manos como si de agua bendita para mi sedienta garganta se tratase, Edward, movido por una pasión irracional me agarró con fuerza obligándome a sentarme a horcajadas de espaldas a él y me penetró, su embestida fue tan fuerte que provocó que mi cuerpo rebotase y temblase teniendo que agarrarme a sus rodillas para no desfallecer..,

Comenzó así un ritual de movimientos rítmicos e intensos, Edward sujetaba con fuerza mis caderas marcando el movimiento de mi centro sobre su miembro, me decía cosas sucias que me encendían todavía mas, ambos sabíamos que en ese momento éramos como dos animales guiados por sus mas primitivos instintos, a él le gustaba que yo le pidiese que me follase muy duro y a mi me gustaba que me dominase con fuerza, nuestro juego era realmente excitante, nos gustaba adquirir esos roles ya que hacía que nuestros encuentros sexuales fuesen mas salvajes e intensos...

Llegamos al mas glorioso de los orgasmos por cuarta vez en esa noche, noche que ya estaba terminando dando paso a los primeros rayos de sol que anunciaban la llegada de un nuevo día, después de secarnos y ponernos ropa cómoda nos tumbamos en la gran cama de la habitación observando el amanecer, era una de las cosas mas hermosas que compartíamos desde que yo era inmortal, cada crepúsculo y cada amanecer nos gustaba observarlo abrazados, era un momento mágico...

El sol se fue abriendo paso en el cielo azul mientras nos iba bañando con sus rayos provocando que nuestros cuerpos brillasen como si estuviesen formados por millones de diamantes...

A pesar de haber visto a Edward varias veces bajo los rayos del sol nunca lograba acostumbrarme al maravilloso espectáculo que me brindaba su cuerpo, era incluso mas perfecto de lo que ya era, me gustaba mirarle mientras él sonreía ya que le hacía gracia la cara que, según él, se me quedaba mientras le observaba, ay pero que perfecto es mi nene, pensaba para mis adentros sonriendo...

-¿Tienes sed amor mío?-, preguntó mi vampiro mientras me miraba con intensidad y acariciaba mi pelo con su mano de manera suave...

-Bueno, noto algo seca la garganta pero es bastante soportable-, respondí mientras movía mi cabeza contra su fría mano intensificando la caricia...

Mi Ángel se levantó de un salto casi imperceptible para el ojo humano y me dijo que esperase que regresaba en seguida, pensé que estaba tan loco que era capaz de traer el puma hasta la habitación para que yo no tuviese que moverme y sostenerlo mientras yo me alimentaba, en esos pensamientos locos estaba cuando mi Dios regresó con dos copas de cristal llenas de un liquido rojo que mi olfato reconoció sobre la marcha, era sangre, en ese momento llevé mis manos instintivamente a mi garganta provocando que Edward se riese ante mi reacción...

-Vaya parece que alguien tiene sed por aquí-, comentó mi lindo vampiro riéndose mientras acercaba una de las copas a mi mano, provocando que yo también riese...

-Amor siempre logras sorprenderme, ¿de dónde has sacado la sangre?-, le pregunté incrédula mientras tomaba la copa que Edward me entregaba...

-No pienso desvelarte mis secretos para sorprenderte pero te diré una cosa, me he propuesto pasar el resto de nuestra eternidad dándote sorpresas y eso haré-, respondió sonriendo con esa sonrisa torcida que me mataba...

En ese momento recordé la noche de nuestro rito cuando yo aún era humana, fue la primera vez que probé la sangre pero directamente de su boca, fue uno de los actos mas eróticos que había experimentado nunca y por supuesto, quería repetirlo...

-¿En que piensas cielo?-, me preguntó Edward mientras bebía un poco del líquido de su vaso y me miraba....

-Pues me estaba acordando de la noche en la que probé la sangre por primera vez cuando aún era humana, fue un momento mágico y me gustaría repetirlo-, le contesté a mi sexy hombre mientras me acercaba a su lado, le quitaba la copa de las manos y, poniéndome a horcajadas sobre sus piernas hice realidad mi deseo...

-¿Qué vas a hacer vida mía?-, preguntó Edward sonriendo mientras sentía como su cuerpo comenzaba a reaccionar nuevamente, eso me hacía sentir poderosa, me gustaba saber que su cuerpo reaccionaba excitándose aún cuando todavía no había hecho nada para provocarlo...

-Te voy a dar de beber directamente de mi boca igual que hiciste tu la noche del rito-, le dije mientras acercaba lentamente la copa a mis labios relamiéndolos....

-Ummm cada vez tengo mas sed-, ronroneó Edward como respuesta excitándose completamente...

Antes de llevar mi copa a mis labios y beber mi vampiro arrancó mis ropas y las suyas con un movimiento limpio y rápido provocando que fuese ahora mi cuerpo el que reaccionase ante él...

Acerqué el cristal a mis labios bebiendo un poco de sangre, sin llegar a tragarla deposité la copa sobre la mesilla de noche y acerqué mi rostro al suyo, Edward tomó mi cara entre sus suaves manos y acortó la distancia hacia mis labios uniéndolos con los suyos, mi boca se entreabrió ligeramente dejando que el líquido rojo se derramase con suavidad sobre la lengua de Edward provocando que él lo tragase lentamente...

Una vez que mi boca quedó vacía, sin despegar nuestros labios y batallando con nuestras lenguas, me posicioné sobre el miembro de Edward que estaba ya mas que preparado y me dejé caer poco a poco con las piernas abiertas permitiendo que su erecto miembro llenase toda mi húmeda y caliente cavidad, así empezamos una danza que nos llevó nuevamente al mayor de los gozos, al mas grande de los éxtasis, al paraíso de nuestros deseos...

Estuvimos un rato tumbados en la cama disfrutando del silencio tras una increíble sesión de sexo, nuestros cuerpos desnudos seguían abrazados con fuerza, era un momento íntimo, era perfecto...

-Amor, ¿qué te parece si salimos a pasear por la isla y nos damos un baño en el mar?-, preguntó Edward mientras trazaba círculos en mi espalda desnuda...

La verdad es que me pareció una idea genial así que decidimos salir a dar un paseo, nos pusimos el bañador y algo de ropa cómoda y descalzos salimos a la playa, la sensación de la arena bajo nuestros pies era maravillosa, caminábamos dejando que el sol nos calentase con sus rayos mientras brillábamos como piedras preciosas en la intimidad de nuestra isla...

Nos adentramos un poco en el bosque, tenía ganas de descubrir donde se encontraba el riachuelo y la cascada que escuché cuando llegamos así que, movidos por nuestro desarrollado oído, llegamos a un precioso claro enmarcado por dos piedras redondas por las que caía agua formando una pequeña cascada que desembocaba en un riachuelo que llegaba directo al mar, era hermoso, estaba rodeado de flores de distintos colores dándole un aspecto como de cuento...

-Esto es precioso Edward, es un rincón que parece sacado de un cuento de hadas, ¿nos damos un baño?-, le pregunté mientras me ponía de puntillas para besar sus labios...

-Es buena idea-, contestó mi vampiro respondiendo a mi beso mientras nos quitábamos la ropa...

Entramos lentamente en el agua, nuestros fríos cuerpos no notaban los cambios de temperatura así que para nosotros estaba perfecta, era poco profundo osea que hacíamos pie en cualquier lado del riachuelo, me acerqué nadando hasta la cascada y me puse debajo levantando mis brazos dejando que la caída del agua acariciase todo mi cuerpo, de repente sentí las manos de Edward que acariciaban mis pechos con suavidad mientras el agua fluía entre sus dedos, me dejé tocar mientras seguía con los ojos cerrados y los brazos en alto, las caricias eran muy placenteras y no deseaba pararlas...

Edward acercó sus labios a mi estómago besando cada parte en la que el agua caía, fue descendiendo lentamente con su lengua hasta mi centro sumergiendo así su cabeza bajo el agua, sentí como bajaba mi bikini mientras su lengua se acercaba a mi clítoris hasta que lo mordió, fue placenteramente doloroso, grité, gruñí, pero él no me dejó moverme porque me tenía sujeta de los glúteos mientras mi cuerpo flotaba con las piernas abiertas alrededor de su cabeza, ya que nuestros pulmones no tenían necesidad de aire, Edward podía estar bajo el agua el tiempo que quisiese y yo, quería que estuviese hasta que lograse alcanzar mi orgasmo el cual estaba muy cerca...

Mi vampiro lindo empezó a bombear con su lengua dentro de mi vagina ayudándose con sus manos que empujaban mis glúteos al mismo tiempo como si me estuviese penetrando con su pene, mi cuerpo empezó a tensarse anunciando la llegada de mi orgasmo hasta que exploté notando como mi Dios lamía y bebía todos mis fluidos...

Salió del agua como si de un príncipe de los mares se tratase, su pelo estaba mojado y las gotas de agua resbalaban por su rostro muriendo en la comisura de sus labios y lo besé, con ansias, con pasión, deseaba sentirlo nuevamente dentro de mi y él estaba ya preparado para cumplir mi deseo así que, entendiendo los movimientos de mi cuerpo ya que sobraban las palabras me giró quedando mi espalda apoyada en su musculoso pecho, me ayudó a enroscar mis piernas alrededor de sus caderas todavía de espaldas y me empezó a penetrar lentamente por detrás, nunca lo habíamos hecho así, nunca había penetrado esa parte tan estrecha de mi cuerpo así que lo hizo muy despacio mientras me susurraba al oído que le avisase si me incomodaba ...

La experiencia era extraña pero excitante, sentía presión ya que Edward intentaba hacerse hueco poco a poco con su miembro en mi ano pero, lo que en un principio fue incómodo, poco a poco empezó a ser placentero, Edward se dio cuenta de que empezaba a acostumbrarme a su miembro en mi cuerpo así que se introdujo del todo provocando que soltase un gemido de auténtico placer, cuando le avisé que estaba bien y que continuase, empezó a moverse dentro y fuera con embestidas suaves para no hacerme daño mientras que con su mano masturbaba mi clítoris y bombeaba mi vagina para que yo también llegase al orgasmo...

El saber que estaba siendo penetrada por detrás con su pene y en mi vagina con su mano hizo que alcanzase un orgasmo mas placentero provocando que Edward también se corriese de una manera diferente e intensa...

Cuando terminamos de amarnos mi vampiro me giró para mirarme fijamente a los ojos, quería asegurarse que lo había disfrutado, que no me había hecho ningún daño y que para mí había sido una experiencia maravillosa como para él así que le saqué de sus dudas...

-Sí mi amor, ha sido increíble, una experiencia maravillosa, me has hecho sentir cosas que no había sentido hasta ahora, te amo-, le dije mientras le besaba intensamente ya que quería transmitirle todo lo que sentía en ese momento para que se quedase tranquilo...

-Yo también te amo amor mío, sabes que nunca haría nada que te hiciese daño así que, me gusta que te hayas sentido bien, cuando estoy entre tus brazos pierdo el control de mis actos-, respondió mi vampiro riéndose mientras correspondía a mis besos...

El resto de la semana transcurrió entre paseos, caricias, amor y sexo, descubríamos sensaciones nuevas entre nuestros cuerpos, experimentábamos con el amor en todos sus grados y nos dábamos pasión en todos los sentidos...

Pero la semana terminó y llegó el momento de volver a casa aunque mi Edward me prometió que volveríamos pronto ya que la experiencia de estar solos en nuestro propio mundo había que repetirla a menudo...

Una vez que llegamos a Forks y saludamos a la familia nos fuimos directos a nuestra cabaña, se echaba de menos el volver a casa a pesar de que habíamos estado en el paraíso pero, esa casa era nuestro refugio, nuestro lugar seguro, nuestro hogar, se sentía bien volver a casa, muy bien...

Hola gente guapa, ¿cómo están mis pervertidas lindas?, ya les dije que el capítulo venía caliente, espero que las sesiones de sexo entre nuestros protagonistas les hayan gustado, ahora prepárense porque el siguiente capítulo es desde el punto de vista de Edward así que...a sufrir chicas..ummmm como me pone este hombre...

Les aviso que ya está casi terminada la historia, me da mucha pena pero creo que ya agoté el argumento y no tengo ganas de aburrirlas, el siguiente capítulo lo contará nuestro querido Edward y después terminaremos con otro capítulo final, si a ustedes se les ocurre algo mas que les gustaría que pasase entre nuestros protagonistas saben que yo me apunto a una ronda de aspirinas así que me lo dicen y lo hago...

Mañana toca actualización de Una vida como Humano, una eternidad como Vampiro, que también va a estar calentito porque tendrán su primera vez..jejejej

Si les ha gustado el capítulo me gustaría que me dejasen comentarios y sino también, porque es bueno saber lo que no les gusta...

Besotes (petonets) desde Canarias. Vuestra amiga Susana.